sábado, 12 de julio de 2008

No es completa desconocida, es extraña a medias.



Me despierto y el calor de un ente adormecido me acompaña al otro lado de la cama. El dolor de cabeza hace acto de presencia nada más encender la luz y decido apagarla de nuevo. Menuda resaca me espera.
Me incorporo y al volver a mirar hacia el otro lado el ente se ha transformado en una mujer morena, con el pelo largo y cuyos pechos quedan al descubierto.
Me suelta un "Hola, buenos días" como si nos viéramos todos los días en el ascensor camino de la oficina, y no como si acabásemos de despertar de una velada de sexo, puro sexo, sucio y gratificante a la vez.
Ni me paro a pensar como se llama. Tampoco voy a preguntárselo.
11.37h. Ella vuelve a cerrar los ojos y la verdad, se la ve demasiado bonita como para recordar cualquier obscenidad de la noche anterior.
11.42h. El agua de la ducha cae sobre mí y el ruido del mundo no me molesta.
11.59h Decido que ya está bien. Algo despejado y con las ideas aún más claras bajo a la cocina y me la encuentro allí, con mi camisa azul de cuadros, envuelta en el humo de un cigarro, que aguanta sutilmente con su mano derecha, y me deja roto. "¿Una o dos de azúcar?".
Tiene una bonita voz y ahora que lo pienso, la noche anterior en el pub que me la encontré solo me fijé en su, y aunque quede feo, culo. Ahora que veo el panorama, no me importaría enamorarme o en su defecto enamorarla. Pero eso no va conmigo."¿Con leche o café sólo?" Sigo sin contestar.
Observo que a cada una de mis ausencias de respuesta, ella actúa y descubro que todo lo que va haciendo, me gusta.
"¿Ayer noche lo pasamos bien, eh. Pero aún no sé...esto...como te llamas?” me suelta mientras posa la taza humeante de café en mi mano.
"¿Acaso eso importa ahora?" le respondo y acto seguido la acerco más a mi.
"Puede que sí o puede que no, pero necesito saber tu nombre".
"Llámame como quieras, pero dame tu teléfono"
Y a las 12.39h el café aún seguía en la taza,frío, con un cigarro apagado como compañero.
Lo humeante estaba a tan sólo dos pasos de la cocina. El ardor guerrero que se llama, vamos.
Pero eso es ya otra historia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En el libro que estoy leyendo hablan de las novelas de misterio... y ésta, no sé por qué, me daba un aire de oscuridad y no saber muy bien por dónde van los tiros. Aunque, como a Martín Gaite, necesitas atar un poco los cabos suelots, por miedo quizá, el final -a pesar de no saber el nombre- se aclara todo un poco. En el libro se baraja la posibilidad de necesidad del autor, no lo sé. Hablaré de ello en mi blog, creo.

Un beso, Eduard.

Anónimo dijo...

Hola, creo que nos conocemos. Sé tu nombre pero no te voy a echar un polvo salvaje ni quiero que te fijes en mi culo, obviamente. Me suenas de algo pero no sé de qué. Ah sí, eres el batería de The Couses. Qué puta casualidad, yo soy el cantante. Porque doy mucho el cante.

Ah, me he creado un blog.

Anónimo dijo...

Creo que voy a disfrutar pasándome por aquí :)

un besito, eduu

Linkades dijo...

Hola.

Pasamos una tarde guapa el domingo pasado no?

Todo fue... tan... tan intenso!

Tu golpeabas con ira pero a la vez precision y amor mis dulces tambores.
Mientras chocabas continuamente sobre mi bombo. A un ritmo frenetico.

Mmmmmm... me encanta cuando me pisas....

Me pune muy burra.

Y aunque esté mutilada, y me falte parte de mi cuerpo... sé que me amas, y que nunca me abandonaras.

Con amor, cariño, y sucio deseo:
Tu bateria mutilada


jajajajajajaja

Eres un crack