sábado, 5 de julio de 2008

Malos días para un hijodeputa. Nota 1.

Se dice, según demostraciones científicas, que los pensamientos duran 3 segundos. Que las grandes ideas una vez pensadas hay que plasmarlas en papel porque si no se las engulle el pozo del olvido.
Se asegura, según demostraciones humanas, que los recuerdos perduran en nuestra memoria hasta que esta queda reducida a una habitación con 4 paredes pero con ninguna puerta, sólo un agujero por donde dejar pasar el aire, para refrescar.
Se confirma que los sueños sueños son cada vez que los queremos alcanzar y nada más empezar son una tarea imposible. La cosa no es conseguirlo, si no una vez conseguido, mantenerlo. Pero eso es otro tema.


Me dicen que ando loco, sin rumbo, que menudo estoy hecho. Por un oído me entra y por el otro me sale. Aunque algo de razón llevan.
Mejor ser un loco que un falso cuerdo.

Aún me acuerdo cuando te daban aquellos arrebatos y no te importaba el frío del suelo para devorarme en el pasillo. Tenías tanta prisa que no dabas lugar a llegar a la cama. Eras tan clara que aquellas palabras puestas en tu boca parecían dulces…en otras hubieran parecido el aborto de la obscenidad.

Y aquí lo dejo.

No tengo ganas de escribir.
Debería dejar todo esto. Parece que no pero te metes en la vida de los demás y empiezas a imaginar cosas, además de mostrarte hacia el resto como en persona ni harias o aún te costaría.
Tanto fotolog, tanto blog y tanta gilipollez conjunta.
Y yo que no te conozco y que te imagino esperando a que me levante de la silla para llamar a mi puerta y decirme “Hola” con una sonrisa en los labios.

Bah, voy a seguir admirándote en silencio, como quien no quiere la cosa.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Aún me acuerdo cuando te daban aquellos arrebatos y no te importaba el frío del suelo para devorarme en el pasillo. Tenías tanta prisa que no dabas lugar a llegar a la cama. Eras tan clara que aquellas palabras puestas en tu boca parecían dulces…en otras hubieran parecido el aborto de la obscenidad.

A mí me parece que no hace falta que me cuentes tu vida para que la escriba, creo que por aquí vas perfectamente, querido Eduard.

Un abrazo.