sábado, 25 de octubre de 2008

"The Blackening" Machine Head

Después de rectificar y retornar a sonidos de antaño con el anterior y estupendo “Through The Ashes Of Empires” (2004), Machine Head editaban en pleno 2007 un señor discazo que patea culos lo mires por donde lo mires, y que gustará tanto a viejos y nuevos thrashers como a amantes del heavy metal en general. Y encima, arriesgando: 8 temas en 60 minutos. Casi nada.

Es obvio que Machine Head recuperaron su estatus como banda esencial en el metal de los 90 con un muy buen disco como lo es “Through The Ashes Of Empires” (2004).
Y mucho más obvio aún, es que perdieron a muchos de sus fans primigenios cuando les dio por experimentar con sonidos y rapeados nu metal con discos como The Burning Red (1999) o Supercharger (2001).
Con este The Blackening vuelven a supurar Old school thrash metal por todos y cada uno de sus poros. Y yo que me alegro de ello.
Una de las cosas que sorprende de este trabajo, es que a pesar de su amplio minutaje (60 minutos para resolver 8 temazos) es que entra increíblemente bien y lo más importante, cada segundo se disfruta como el que más.
Se abre con los 10 minutazos de Clenching The Fists Of Dissent, con un inicio en acústico, diversos cambios de ritmo, una parte central para corear a pleno pulmón en directo y un final entrecortado y mastodóntico para finalizarlo. Empezamos fuertes.
Le sigue Beautiful Morning, mucho más corta y mucho más directa, con diversos cambios en las líneas vocales. Las dos canciones siguientes, Aesthetics Of Hate y Now I Lay Thee Down son dos de las destacadas. La primera tributa a su antiguo colega y amigo Dimebag Darrell, y escupe mala baba contra aquellos que criticaron al genial guitarrista, una vez muerto. La segunda, mantiene un ritmo curioso y adictivo, y cortos pero concisos solos de guitarra en su parte central.
Con Slanderous volvemos al tema rápido y desnudo, puro thrash metal, un poderoso galope de riffs y solos, con una voz desgarradora que se cambia en el sorprendente parón final.
Y llevamos 5 temas. Pues los tres que restan suman casi 30 minutos en total. Pero que grandiosa media hora final. Halo es realmente fascinante, donde el grupo da rienda suelta a sus instintos creativos y se recrean en pasajes musicales de lo más variopinto y de gran factura final.
Wolves se inicia de manera formidable y esconde unos cambios de ritmo realmente aplaudibles, sobretodo en los momentos más desbocados del tema. Ojo a los señores solos alternados que se marcan Robb y Phil.
Y para finalizar semejante disco, A Farewell To Arms, que podríamos calificar de “medio tiempo” por su concepción inicial y que abarca todos los ritmos posibles (lento, medio, rápido, rapidísimo, lento nuevamente) que una canción como esta debe tener para ser un señor temazo. El trabajo vocal de esta canción es grandioso, combinando voces desgarradas y otras menos, con un resultado final digno de mención.
A destacar el esfuerzo de todos los componentes del grupo por entregar una pieza de metal realmente destacada y retornarnos la ilusión a aquellos que disfrutamos con su vertiente más thrashera.
Y en cuanto a ejecución técnica, tres hurras por Phil Demmel por sus solos tan creativos y acertados, y por Dave Mclain por esos cambios de ritmo tan apasionantes y excitantes.
Al igual que con el último disco de Down, recalco también la labor encomiable con el arte del libreto y del álbum en su totalidad.

Nos queda Machine Head para rato.

sábado, 18 de octubre de 2008

Vargas Blues Band, Apolo2, 16 Octubre 2008


Llegaba el momento de verificar las buenas sensaciones que el último trabajo que Javier Vargas y su Vargas Blues Band habían editado hacia pocos meses, el completo y variado “Flamenco Blues Experience”, y del cual tuvimos el placer de escuchar las canciones más potentes en directo, junto a clásicos de la banda.
Acertada elección de una sala como Apolo 2, para así degustar con mayor garantía el buen blues rock de Javier Vargas y sus músicos: Tim Mitchell a las voces, Steve Potts a la batería y percusiones, y Luís Mayo al bajo.
Con un set list variado y equilibrado, a pesar de olvidar clásicos de su primer disco “All Around The Blues” (1991), fuimos testigos de una buena velada de blues rock cañero y eficaz.
Aquello empieza con dos temas, Big Boss Man y Texas Tango, si no recuerdo malamente, que no aparecen en el setlist inicial facilitado a los medios y el ambiente se caldea rápidamente. Salen a matar y eso se nota.
Destacar unos temas por encima de otros es harto difícil si todas y cada una de las canciones te parecen buenas y especiales según cada momento. Pero en este caso destacaría varias por diferentes motivos. Primero destacar Make Sweet Love To You, del álbum Feedback, y en la que realizaron una jam en la que incluso sonó la melodía cachondona de La Cucaracha; Walking The Streets, del último álbum, y que en directo gana muchísima más fuerza, Ya Ya Ya (Looking For My Baby), también de Flamenco Blues Experience, en la que todos coreamos el estribillo y la cual repitieron en el bis para satisfacción del respetable (incluido un servidor, que hizo algún que otro “gorgorito” cuando Tim Michel nos acercaba el micro), Your Love is a Jail, un blues realmente adictivo y cañero, Thank You, tema inédito en directo y que me sorprendió gratamente, y sobretodo el final tan acdceciano con dos temas en castellano tales como Sucio y Desprolijo y Todo El Día Me Pregunto, en este caso cantados por el bajista Luís Mayo.

Y hablando de bajo, menudo solo se pegaron tanto Luís como el propio cantante, que nos sorprendió gratamente, usando melodías propias del funky.
Se marcharon a camerinos y minutos después los teníamos de nuevo en el escenario para regalarnos un buen bis, que empezaron con una larga y potente versión del Purple Haze del Dios Hendrix, el final antes comentado de los dos temas en castellano, y justo cuando empiezan a tocar un tema 100% blues…los de la sala dicen que basta y Javier y los suyos tienen que cerrar aquello como mejor saben, con maestría.
Menos mal que les “echaron” con música de Queens of the Stone Age de fondo y no con cualquier pachanga deleznable.
Después del concierto, sesión de fotos e intercambio de impresiones y firmas con los fans, incluso púas personalizadas para la gira.

Nos vemos en la próxima Javier.

sábado, 11 de octubre de 2008

III: Over the Under

Más fuertes y poderosos que nunca, el pasado año, llegaba el tercer asalto de Down. Y parece que aquello de “a la tercera va la vencida” viene como anillo al dedo en este caso: no podemos más que decir que es un auténtico discazo y que ya deja de ser "el proyecto paralelo de", para convertirse en banda 24 horas al día. Si hay algo a destacar, es la calma y el buen gusto de hacer las cosas bien y sin prisas, de ahí que todos y cada uno de los temas de este álbum se puedan convertir en clásicos del repertorio en directo de la banda.

Phil Anselmo, Rex Brown, Pepper Keenen, Kirk Windstein y Jimmy Bower vuelven a entregar una obra maestra de música original y hecha con ganas, que más de uno querría para sí mismo.
Por todos es conocida la amalgama de sonidos que se combinan en el monstruo sonoro de Down: heavy metal, rock sureño, country, etc; todo ello combinado de forma que lo que escuchamos es una música propia, algo que otros muchos han querido intentar y se han quedado en eso, en intentos.
Todos los componentes del grupo rayan a gran altura, pero a destacar la labor vocal de Phil Anselmo, que juega sabiamente con las melodías claves para cada canción y goza de mayor libertad que la que tenia en Pantera, para experimentar hacia terrenos más clásicos, que no por ellos arcaicos.
El disco se abre maravillosamente con 3 Suns and 1 Star, un tema directo con un riff matador, en cuya mitad las melodías se van pasando de voz a guitarras, y viceversa. Gran comienzo. Le sigue The Path, auténtico temazo, típico medio tiempo de los primeros Pantera y con un riff 100% Black Sabbath, y una cadencia bastante pesada, tipo doom rock.
N.O.D comienza con un riff puramente metálico y con grandes dosis de velocidad, con un estribillo lento y lleno de coros, para terminar con una variación del riff principal, reducido en su velocidad y con un Phil desgarrando la voz de manera sublime. El siguiente, I Scream, es el que más puede recordar al rock sureño, eso sí, de nueva dimensión, con grandes momentos vocales y una estribillo fácil de recordar.
On March the Saints continúa en la misma línea y fue el elegido como primer single del álbum. En cuanto a letras, trata sobre la agonía de voluntarios y afectados por el huracán Katrina, tras su paso por Nueva Orleans. A destacar un momento intermedio en el que la canción se acelera y regresa de nuevo al ritmo inicial.
En el ecuador del álbum, nos encontramos con una auténtica joya, de nombre Never Try: guitarras poco saturadas y limpias, con una fondo blues y gran estribillo, y donde destaca nuevamente la voz de Anselmo, además de la sutileza de la batería para acompañar la canción sin engorronarla en ningún momento. Una de las mejores.
Con Mourn, vuelve la tralla de nuevo, con un riff realmente destacable y una melodía pantanosa. Tema dedicado a la figura de Dimebag, en el estribillo da la sensación de tener a Anselmo a dos palmos de tu cara. Acojonante.
Otra de las joyas del álbum es Beneath the Tides, con unas insinuantes guitarras y un gran trabajo de slide de las mismas, con un ritmo a medio tiempo y unas atmósferas sonoras para dejarse llevar. Le sigue His Majesty the Desert, que podríamos considerar como un interludio puramente desértico, con guitarras limpias y vocales insinuantes, para dar paso a Pillamyd, el tema más crudo y potente: doble bombo y velocidad a raudales, con muy buenos solos de guitarra y un cambio de ritmo en la mitad del tema, para quitarse el sombrero.
In The Thrall of it All nos retorna al medio tiempo sabbático, destacando los solos de guitarra que van alternando Pepper y Kirk.
Y para el final, Nothing in Return (Walk Away), un señor temazo de casi 9 minutos, con unos teclados a lo Led Zeppelin, con unos armónicos destacados en el estribillo, y que en ningún momento se hace pesado de escuchar, al contrario, es el tesoro final para cerrar con broche de oro un álbum tremendísimo.

No quisiera cerrar esta reseña sin destacar el gran trabajo a la hora de confeccionar el libreto interior. Han sabido como darle a quien lo compre un motivo extra de satisfacción.

Hablamos de un disco que salió el año pasado, y a cuya gira pude asistir, y tras verles en directo (crónica que podéis leer en este mismo blog) no puedo más que recomendar la adquisición, no solo de este álbum, si no de los anteriores NOLA y A Bustle in Your Hedgerow, para paladear todas y cada una de las inquietudes musicales de Down, y así verificar que no buscan la copia fácil de sus influencias, sino, todo lo contrario.