jueves, 3 de julio de 2008

Factura



Hoy mientras hacia ver que trabajaba, sólo yo en la oficina y pasando alguna que otra llamada, me he acordado que en agosto hará un año.
Un año de un tiempo que fue bastante, podríamos calificarlo de difícil, pero que visto con la perspectiva del tiempo parece una falsa mueca de un payaso de circo. Reconozco que en aquel momento me hizo mucho daño la decisión que tomaste, bueno podemos decir que la tomamos ambos.
Nos hicimos daño mutuamente, pero de los errores se aprende y ahora podemos decir que soy “algo” más maduro que entonces, pero solo “algo”, porque si te digo la verdad, ahora cuando una mujer me atrae me siento pequeño, algo así como “poca cosa”.
No te voy a negar que durante varios meses estuve realmente satisfecho de mí mismo porque no me afectaba nada esto de las relaciones “hombre quiere a mujer, mujer no quiere a hombre”, y viceversa .

Pero de un tiempo a esta parte la cosa ha cambiado y vuelvo a caer en el mismo error de antes. No es que me acuerde de ti, si no de la situación, y la verdad paso de algo como aquello de nuevo. Pero también es verdad que uno no elige, en materia “amorosa” (que asco me dan todos estos términos) de quién se enamora, fija, encapricha y todos los adjetivos que se puedan aplicar.

No está hecho el pan para quien no tiene dientes, pero no por ello se quedará sin comer.

Tampoco te negaré que desde entonces tengo un inmenso rebote para/con/sin/sobre/tras las mujeres. No os odio, es más, os admiro profundamente, sois tan imperfectamente perfectas y tan jodidamente bonitas pero asquerosamente complicadas, que es difícil odiaros.


Pero os tengo un respeto enorme. Respeto elevado a la enésima potencia, diría yo. Un respeto que poco a poco se ha ido transformando en incertidumbre sobre mi mismo.

No sé, esto me parece demasiado y no tengo porqué escribirlo, pero a veces necesito desahogar la revuelta interior y los tanques no me ayudan nada.

Nunca me gustó la violencia.

Nadie entenderá nada, pero tampoco importa.

Una "desaceleración de sentimientos" los tiene cualquiera. Sí, soy como el Gobierno, tardaré mucho en reconocer que esto es una "cr...".


Y no sé porque esta entrada me da unos aires de "egoblog", que dentro de poco una nueva aparecerá por aquí.

O eso creo.


No quieras ser experto náufrago porque nadie nace enseñado para naufragar...



1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué duro es quedar medio anclado en el pasado. A veces por la persona, por las sensaciones, por cómo era uno, por cómo pasó todo.

Yo sigo muy anclada... y sigo cayendo en los mismos errores que entonces. A veces incluso peores. Ahora no sé dónde lo leí... pero era algo así como que una cosa es una equivocación y otra un error. Lo segundo es caer en lo primero.

Ahora que lo pienso... en el texto de Risto, ¿no? Si es que al final todo es un círculo cerrado.

Un beso, Eduard.
Se puede admirar sin dejar de admirarse...